miércoles, 28 de marzo de 2012

MÁS PUNTOS CLAVES EN EL DEBATE (Día 6)

El miércoles ventoso en San Francisco dejó mucho más que las veredas cubiertas de hojas, por la sala pasaron seis testimonios que dejaron algunas cuestiones para analizar. Entre ellos la esposa del farmacéutico que vendió el local a Lorena, la empleada de la casa de Cristian Bizone, los tíos de Jonathan Arias, un remisero de Arroyito y el Comisario Cabral, quien se extendió por más de una hora y los defensores bombarderon a preguntas.



Lorena Gudiño, la esposa de Sánchez quien declaró el lunes,  ingresó en primera instancia. Su casa colindaba con la farmacia, los datos más relevantes que pudo aportar fueron por un lado, el horario preciso en que Lorena abrió las ventanas, y además ratificar los dichos de su marido respecto a los juegos de llave y alarmas. En cuanto a la apertura del local, la mujer indicó que exactamente a las 8:15 horas escuchó las rejas que se abrían, pues hacían un ruido muy particular. Explicó que podía precisarlo porque tiene programado el televisor para que se encienda a esa hora.
Señaló que era un ruido que escuchaba a diario y que no notó nada que pudiese llamarle la atención. Por otra parte, se le consultó acerca de la existencia de dos juegos de llaves cada uno con su correspondiente control de alarma. También el fiscal le consultó si se habían hecho refacciones en el local comercial, a lo que ella respondió que sí, pero que cuando se entregó la farmacia a Lorena Auban estaba todo limpio.

Retrato del viudo
La segunda persona que prestó declaración este miércoles fue Paola Cugno, una joven que trabajó en la casa de Bizone como niñera y empleada doméstica, años posteriores al crimen de Lorena. Esta mujer, a través de sus dichos dejó en evidencia la forma violenta con que trataba a su pequeña hija y a su propia madre. “A mí me contrató Estela Auban y él no estaba de acuerdo, vivía llenándole la cabeza a Estela, diciéndole que yo me drogaba, que tenía malas juntas”, contó la chica.


Aun así, Cugno siguió trabajando por aproximadamente tres años posteriores a la muerte de Lorena. Dejó de trabajar en la casa de Bizone, cuando éste se fue a vivir con una novia a otra casa y se llevó la nena consigo. La testigo sostuvo que Cristian era una persona sumamente violenta, que con ella tenía una buena relación por momentos, pero existían veces en que la insultaba y discriminaba. En referencia a la nena, advirtió que en ocasiones la golpeaba, “Una vez J… no quería ir a la escuela y Bizone la levantó a las cachetadas, le dijo que la iba a seguir golpeando si no se levantaba”.
En una oportunidad cuando Cugno llegó a la casa, vio que la puerta del dormitorio estaba rota y le preguntó a J… que había pasado, la nena le respondió que su papá le había pegado a la puerta por no pegarle a ella. Agregó también que Bizone disimulaba frente a los demás ser un buen padre, mientras que en la casa, a la nena a veces le pegaba, le enseñaba a insultar, a discriminar. En relación a su madre, Bizone la trataba mal, aun sabiendo que estaba muy enferma. “Azucena (madre del viudo) estaba muy enferma y él no la llevaba al médico, no le compraba los remedios y le decía `¿Por qué no te cagás muriendo?, me estorbás´ (sic)”, relató Cugno.
En cuanto a las versiones del viudo y las salidas con mujeres, la joven destacó que tenía varias relaciones con muchas mujeres y que recibía visitas de ellas delante de su hija. Bizone no levantó la cabeza durante toda la declaración de la niñera, sin embargo de a ratos la miró sin mover la cabeza, por arriba. El Fiscal le preguntó por qué recién en el año 2010 fue a prestar declaración, a lo que la joven respondió que temía por ella y su familia. También prestando especial atención a lo que Azucena, la mamá de Bizone actualmente fallecida, le dijo, ella temió aun más. La señora le advirtió que tuviera cuidado con lo que decía porque no sabía donde se estaba metiendo.
Posteriormente, en una corta declaración, un remisero de Arroyito dio datos que podrían dar cuenta de una relación de amistad entre el hijo de Peludero (la mujer que declaró contra Arias) y Jony. Este hombre, tiempo después del crimen, fue llamado desde la whiskería entre el Tío y la Villa, donde Peludero estaba a cargo, para viajar hacia Arroyito trasladando a Yeye Pucheta, el hijo de la misma. Recordó que viajaron y antes de llevarlo a la casa pasaron por el boliche a buscar a otro chico de unos 18, 19 años. Allí los llevó hacia el domicilio de Peludero en Arroyito. No supo precisar, pero probablemente se trataba de Jonathan Arias. En su declaración podría quedar demostrada la relación entre Arias y Peludero.



El perfume
También en la sala estuvieron presentes los tíos de Jonathan Arias, la hermana del padre y su marido. La importancia de sus declaraciones radicó en que ambos aseguraron que fueron quienes le regalaron al papá de Jonathan para el día del padre precisamente, un perfume marca Kevin. Este perfume era igual al faltante advertido por Bizone, en la farmacia de Lorena y al que la policía en un allanamiento en la casa de Arias, secuestró.
El matrimonio aseguró que ese perfume fue el que le obsequiaron y procedieron al reconocimiento del mismo en la sala. Cabe destacar que también en aquél allanamiento se secuestraron otras cajas con perfumes de la misma marca, aun así cuando la defensa de Arias se acercó a verlos, pudieron observar que uno solo estaba sin abrir y que los otros envases estaban vacíos. Ambos dijeron que la caja estaba sobre el modular, justamente en el lugar de donde fue secuestrado.
La mujer además señaló que el perfume fue comprado en una farmacia sindical, a la que su marido estaba afiliado por su trabajo. También recordó el día en que lo compró y contaba con el ticket, pues dijo que siempre los guardaba como comprobante por cualquier inconveniente que tuvieran con los descuentos del recibo de sueldo de su esposo. Al parecer quedó explicada la presencia de ese perfume en la casa de Arias, podría quizás no tener relación con el faltante en la farmacia.

Ráfaga de interrogantes
Por último y en extenso declaró el Comisario Carlos Cabral, quien fue llamado a participar en la investigación y además tomó la primera declaración a Bizone, el mismo 23 de junio. Dijo que fue la declaración más larga que había tomado en su carrera, pues estuvo con el viudo unas seis horas. Por otra parte, fue este señor quien tomó declaración a Ramona Peludero, que espontáneamente se presentó en la comisaría diciendo que sabía quien había matado a la farmacéutica.
Relató que días posteriores al hecho, Arias se presentó en la whiskería confesándole que Arias había matado a Lorena, recordó que el mismo le dijo: “La farmacéutica, no la quise matar, se me fue de las manos”. Recordemos que a través de esta mujer la policía detuvo a Arias, pues Peludero concertó una cita con Jonathan y policías de civil procedieron a su detención. En ese momento, el defensor de Arias lo detuvo y le preguntó si Peludero había colaborado con la policía a cambio de algo. A lo que Cabral respondió negativamente. Una pregunta muy acertada si tenemos en cuenta que Yeye Pucheta, el hijo de la mujer, estaba detenido en ese momento en la comisaría.
El policía debió responder un torbellino de preguntas por parte de la defensa, entre ellas cuestiones acerca de la detención de Flores, del teléfono celular de Lorena, de cómo había sido identificado, cómo se llegó hasta el Calmao, por qué no se detuvo al dueño del local que recibió el aparato, qué pasó con el bolso encontrado en la terminal de Córdoba. Cuestiones todas a las que respondió de forma dubitativa, por momentos sin precisiones ni certezas.
En cuanto al teléfono celular de Lorena, dijo que fue rastreado y de ese modo se llegó a quien lo había adquirido. Esa mujer indicó haberlo comprado en la Galería Norte del centro cordobés, en un local en particular. Precisamente ese lugar le pertenecía a “Cokito” Monjes, un hombre oriundo de Arroyito, lo que resultó más extraño aun. Cuando la policía ingresó a su local y le preguntó, él dijo: “Este garrón no me lo voy a comer, el que me trajo el teléfono fue el Calmao Flores”.
El Dr. Flores, defensor de su homónimo y de Bizone, hizo hincapié en destacar que hubo un manejo desprolijo de procedimientos, teniendo en cuenta las detenciones de Flores y Arias, además del bolso con el “famoso” guante y la declaración de Monjes.
Un dato clave, que surgió de la declaración del Comisario Cabral y que no fue tenido en cuenta a la hora del interrogatorio por parte del Fiscal Pezzano ni del Dr. Gramática, querellante, fue cuando expuso que en la primera declaración que había tomado a Bizone le sonó su celular. En el mismo tenía una llamada entrante del teléfono de Lorena, que no atendió.
Aguardamos expectantes el desarrollo de las dos últimas jornadas de la semana, pues restan declarar peritos, Ramona Peludero y las mujeres de Radio Libre de Arroyito, quienes aportarán importante contenido al debate.

No hay comentarios:

Publicar un comentario