Detuvieron a uno de los implicados en el asalto a la familia Coraglia de la localidad de Morteros. Recordemos que en enero de 2010, fueron víctimas de un violento robo en su domicilio. El episodio tuvo como protagonistas a Pedro Coraglia, su esposa y su pequeña hija de 10 años. En horas de la madrugada, un grupo de tres malhechores armados ingresaron a la vivienda, golpeando y reduciendo a la familia. Se llevaron diversos elementos del hogar y una camioneta. En diálogo con 90.7, la fiscal Croppi relató los avances en la investigación.
La Fiscalía con la colaboración de Investigadores de Policía Judicial y de la Policía local llevaron a cabo la investigación. Dos de los sujetos sospechados se domicilian en la ciudad de Córdoba, a los fines de su detención se ordenó el allanamiento de sus viviendas. El procedimiento se realizó en la madrugada del día viernes, no se realizaron las detenciones correspondientes porque no se encontraban, sin embargo se secuestraron parte de los elementos sustraídos a Coraglia.
El restante sujeto sospechado ya se encuentra detenido en Bower como presunto autor además, del robo al local comercial Meroli Hogar en Barrio General Paz en Córdoba en el mes de diciembre de 2010. Sin embargo, la investigación indicaba que faltaba un nexo entre los asaltantes y el blanco, es decir, la casa de Coraglia. Por lo cual, se ordenó la detención de un sujeto sospechado de ser la conexión local.
Se trata de Claudio González Sánchez, quien sería el entregador. El pasado viernes fue detenido en horas de la tarde. Este hombre es electricista y vigía urbano de la localidad de Morteros. Trabajaba para el señor Coraglia haciendo arreglos eléctricos, por lo que el hombre tenía gran confianza en él, razón por la cual fue recomendado por la víctima para el puesto de “vigía urbano”.
Los vigías urbanos son agentes de seguridad privada que recorren la ciudad por la noche realizando prevención y vigilancia para alertar sobre alguna situación sospechosa o evitar que se cometa algún delito. Estos agentes dependen operativamente de la policía local y están intercomunicados a través de teléfonos celulares. Es paradójico, pues quien debería velar por la seguridad de los vecinos, podría desvelarse por señalar la casa más lujosa, la familia más adinerada, el blanco justo para los delincuentes.
La pregunta ineludible es, si realmente es necesario contar con un grupo paralelo de seguridad que controle y esté alerta de lo que acontece mientras dormimos, cuando se trata del trabajo intrínseco de la policía. Luego de lo sucedido, es probable que se deba crear un tercer comando que alerte cualquier rareza entre los mismos vigías.
Claro está que el hecho generó gran conmoción en la ciudad, y es lógico, la comunidad se movilizó pidiendo mayor seguridad. Aun continúa patrullando este grupo, alertando movimientos extraños o sospechosos, sin embargo hasta dónde se puede confiar en que vigilen nuestro sueño y no nos lo arrebaten al despertar.
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