martes, 30 de agosto de 2011

15 AÑOS DE PRISIÓN PARA MORLACCHI. Celos, desconfianza y una obsesión fatal.

En la audiencia de hoy en Tribunales se leyeron los alegatos y finalmente, minutos antes de las catorce horas el Tribunal procedió a dictar la sentencia. Maximiliano Morlacchi pasará quince años en prisión por haber acabado con la vida de su pareja, en agosto de 2010. Recordemos que el joven de 25 años de edad, ahorcó a su concubina Yanina Bustos de 20, con quien además tenía un hijo en común. El pequeño de tan sólo 5 años estaba presente mientras se producía el hecho.

Con una sala colmada de familiares, amigos y periodistas, se puso fin a este caso, que conmovió no sólo a la ciudad de Morteros,  sino a la sociedad en general. Pues la convivencia o concubinato no están tipificados por la Ley, de esa manera el hecho se trataría de un homicidio simple, sin el agregado de “agravado por el vínculo” y le correspondería una pena menor a la perpetua.
En primer lugar fue el turno de la Fiscalía, el fiscal Pezzano comenzó señalando algunos puntos importantes de las declaraciones de los testigos. Destacó que no existe duda de cómo se produjo el hecho ni tampoco de la autoría, sin embargo plantea que Morlacchi debió premeditar lo que sucedió. El imputado sabía que su pareja ya no lo quería, que además se mensajeaba telefónicamente con otros hombres y que no tenía intenciones de volver con él, aun así seguía insistiendo con volver a estar juntos.
Recalcó el fiscal, que los integrantes de la familia Morlacchi  que prestaron declaración coincidieron en que Maximiliano estaba mal por la existencia de los mensajes de texto en el celular de su novia. Y que tomó muy mal la separación de Yanina, estaba triste, dolido por la infidelidad.
Además, la madre de la víctima dijo que Morlacchi amenazaba de muerte a su hija, la maltrataba, le mezquinaba la comida y no quería a la familia Bustos; todo esto sumado al hecho de violencia que vivieron en la noche del 31 de diciembre de 2009, cuando el joven le propinó un golpe a Yanina.
Pezzano refirió en varias oportunidades a los testimonios de las primas, la cuñada, una amiga y un tío de la joven. Todos coincidieron en que había problemas entre ellos hace un tiempo y que la amenaza con quitarse él mismo la vida si ella no volvía a la casa. El Fiscal aseguró que estas amenazas eran advertencias, a las que no se prestó atención. Morlacchi estaba obsesionado y enfermo de los celos, llegó a decirle a Sergio Grimaldi, tío de la víctima, “si ella no es mía, no va a ser de nadie y si es necesario para enderezarla o cambiarla, la voy a moler a palos”. También en otra oportunidad, Grimaldi debió quitarle una escopeta que traía el joven para que no cometiera una locura.
La Fiscalía determinó que Morlacchi tenía premeditado lo que iba a ocurrir, encontró una solución violenta a la infidelidad. Advirtieron que matarla delante del hijo, constituye un agravante, del mismo modo haberlo hecho en un camino rural donde ella no tuviera posibilidad de pedir ayuda o defenderse. Solicitaron una pena 16 años de prisión. A ese pedido  de condena adhirió el abogado querellante, Gustavo Tévez.
Éste último afirmó en su alegato que Morlacchi sabía perfectamente lo que hacía y que ni los rasguños que le provocó Yanina, ni la presencia del hijo  lograron frenar su accionar. El joven estaba obsesionado, padecía como bien lo mencionó el Dr. Vignolo por medio de las pericias, de celopatía. El Dr. Tévez manifestó que Morlacchi fue quien provocó la discusión en el auto, que luego desencadenó la tragedia. También, el querellante afirmó que las amenazas y sus actitudes eran indicios de lo que podía suceder. “Dejó de advertir cuando supo que Yanina ya no volvería con él”, destacó el abogado.
¿Un asesino inofensivo?
Por su parte, el Dr. Trucco, abogado defensor de Morlacchi aseguró que el joven no sabía lo que hacía, no era consciente de sus actos, es decir, que actuó en un estado de emoción violenta. Por otro lado, Trucco pone en duda el maltrato hacia la víctima y la existencia de mensajes de texto de Yanina hacia su cuñada. Leyó los mensajes del celular de su concubina y no coincidían con lo expuesto por la testigo, Aguirre. La misma afirmó que el mensaje decía que estaba amenazada por Morlacchi, que la iba a matar y que iba a mandar a matar a Marcelo, su hermano. Pero en realidad el mensaje decía lo siguiente: “Me amenaza que se va a matar, ya me tiene podrida”.
El abogado expuso que no podía inferirse que iba a matarla porque tenía la idea fija de quitarse él la vida. Además recalcó que los celos existían y su insistencia en volver, era por eso. Sin embargo, aludió a lo demostrado por el Dr. Vignolo, quien después de realizarle las pericias psiquiátricas pertinentes, aseveró que “Morlacchi no era un hombre peligroso”. También se refirió a que no pueden arrojar conclusiones que se aparten de las pericias sin pruebas o argumentos científicos. De todos modos, una persona que mata no puede ser considerada inofensiva bajo ningún punto de vista.
El Dr. Trucco aseguró que Morlacchi estaba dispuesto a perdonarla, sin embargo el detonante de su reacción fue que ella reconoció la traición y eso le  produjo un agravio moral y amoroso a su defendido. Solicitó que se lo ampare en el artículo 81 del Código Penal, donde se refiere al estado de emoción violenta. Por todo ello, pidió se le otorgue el mínimo de la escala penal prevista que es de un año, es decir que, contando desde el día del hecho en que Morlacchi se entregó a las autoridades, ya la habría cumplido por lo que debería ser puesto en libertad.
Luego de todo lo expuesto, y de un cuarto intermedio de poco menos de una hora, el Tribunal leyó la sentencia. 15 años de prisión por la muerte de Yanina Bustos, su concubina. Ese tiempo, ni ningún otro no le devolverá la vida a la joven ni borrará de la memoria de ese pequeño niño, el momento en que su papá lo privó de crecer sin su madre.
La urgencia de un cambio constitucional que contemple la figura del concubinato, es esencial, pues cada vez más parejas optan por la convivencia sin paso previo por el Registro Civil.

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