viernes, 24 de junio de 2011

¿LO COMPRAMOS YA O ESPERAMOS EL “LCD PARA TODOS”?

Ver imágenes de alta definición, poder mirar los detalles mejor que el árbitro, distinguir los gestos de la gente que está en la tribuna, pero principalmente disfrutar de los partidos casi como si estuviera en la cancha, se ha convertido para la mayoría de los argentinos en una necesidad. 

Lo cierto es que con el advenimiento de la Copa América, la oferta de televisores LCD explota. El  polémico plan que presentó la Presidenta y que está a punto de lanzar “LCD para todos”, dará la posibilidad a sectores de menores recursos de contar con un televisor de última tecnología. Pero, ¿es posible comprar hoy en San Francisco un aparato de estas características a menor precio?
El televisor del plan será un LCD full HD (alta definición) de 32 pulgadas y tendrá un costo de 2700 pesos a pagar en 60 cuotas de 64 pesos, es decir, al cabo de cinco años terminamos pagando un total de 3840 pesos final. Sin embargo es bueno tener en cuenta además del precio cuestiones como la garantía y el servicio técnico.
Las vidrieras en el centro de San Francisco están atestadas de televisores de diferentes marcas, modelos, tamaños, colores. Los precios han bajado enormemente y hoy tener un LCD es mucho más accesible que en años anteriores. Todos los negocios ofrecen formas de financiación similares a los propuestos por el Gobierno nacional, que dan la posibilidad a cualquiera, no sólo a jubilados y beneficiarios de planes sociales.
Aun así, muchos no tienen en cuenta la cantidad de cuotas sino el monto a pagar en cada una de ellas. De esta manera mientras más meses incluya la financiación, más será el costo final del aparato.
En nuestra ciudad, están las cuotas que dan los negocios para quienes tienen cuenta, por ejemplo en Casa Rizzi, un LCD full HD de 32” marca LG tiene un costo de 3500 pesos de contado, pero lo financian a 4 cuotas de 950 pesos o 12 cuotas de 400 pesos. Por otro lado Ribeiro, el mismo televisor tiene un precio de 3999 pesos de contado, financiado en 15 cuotas de 330 pesos. En ambos casos estaríamos pagando una alta tasa de interés, aproximadamente el 30% más.
En cuanto a Cento, ofrece un televisor con las mismas características a 3998 pesos de contado efectivo, financiado en 20 cuotas con el dos por ciento de interés mensual, lo que se asemejaría a los precios de los negocios mencionados con anterioridad.  En Megatone sale 3799 pesos, financiado con cuenta de la casa, por ejemplo en 24 cuotas, termina pagando más del 200 % del valor del televisor, sin dudas un absurdo.
Por supuesto que se puede realizar la compra con tarjetas de crédito y obtener mejor financiación, inclusive sin interés. Sin embargo, consultamos precios para gente que no tiene tarjeta, no es jubilada ni tampoco beneficiaria de planes sociales, es decir, todos aquellos que el plan “LCD para todos” deja afuera.
En Memory, se puede tener un LCD full HD LG de 32” por 3800 pesos, además de la financiación que ofrece la casa con tarjeta, por ejemplo la Tarjeta Nativa, del Banco Nación permite acceder a este televisor en 50 cuotas de 92 pesos. También accesible y similar a lo presentado por el gobierno nacional.
Sin embargo a la hora de comprar un televisor de estas características, más aun de los que lanzará la Presidenta, hay que tener en cuenta el servicio técnico, pues generalmente si se rompe deben enviar el aparato a casas centrales, lo que demora un tiempo. En la mayoría de los negocios locales los televisores tienen garantía por un año, la que por unos pesos más puede ser extendida. En Memory, si el televisor se rompe y el repuesto demora, le prestan uno hasta que el suyo sea reparado.
Si quiere tener una excelente imagen, alta definición y no perder detalle de cada partido, puede lograrlo, hay posibilidades de financiación. En San Francisco puede comprar un LCD, y tenerlo probablemente antes de que el plan del Gobierno llegue a todos los rincones e incluya a todos los sectores, sin embargo, definitivamente terminará pagando mucho más.

1908 SAN FRANCISCO, LOS OBREROS SE LEVANTAN EN ARMAS Y ENFRENTAN A " LAS FUERZAS VIVAS DE LA CIUDAD

miércoles, 22 de junio de 2011

LA CASA DEL TERROR. Robaron a sanfrancisqueños la ilusión de la vivienda propia

Tener un techo propio es el deseo de cualquiera, cada vez es más difícil y costoso en San Francisco comprar o construir una vivienda. Más aun si existen empresas que juegan con las personas, se ríen de su anhelo y arrebatan no solo el dinero sino también la ilusión de la gente trabajadora, que ahorra durante años para alcanzar el sueño de ser propietario.

Damián L. junto a su madre compraron un terreno en barrio Magdalenas. Luego contrataron a Viviendas Imperio, una empresa que vende casas prefabricadas en nuestra ciudad, para que les construyeran la suya. Hace más de dos años que vienen pagando y aun no pueden vivir en ella. Les prometieron que en tres meses la dejarían terminada para habitar, sin embargo les llevó más de un año comenzar a construirla.
Para marzo de este año, la casa estaba “lista”, fuera de escuadra, las paredes mal levantadas, las aberturas no coincidían, la plancha sobre la que se edificó fue mal medida por lo que se perdieron 15 centímetros de construcción.
Los materiales permanecieron por largo tiempo a la intemperie hasta que decidieron venir a construir. Sin embargo lo hicieron de mala manera y el sueño de la casa propia comenzaba a desmoronarse. Una tormenta de viento y lluvia en marzo de este año no perdonó la paupérrima construcción y tiró paredes abajo, dejó al descubierto la pésima calidad de los materiales y la malísima mano de obra.


Asalto a la ilusión

Esta empresa con sede central en la ciudad de Río Cuarto, hace poco más de dos años que cuenta con una sucursal en San Francisco. Cuando uno va a la oficina cita en la galería Mayo en el centro de nuestra ciudad, lo atienden maravillosamente e intentan venderle una casa  muy bien terminada, a un excelente precio y con la mejor financiación. Qué real la frase “las fotos son a modo ilustrativo”, pues en la práctica ninguna se parece a las fotografías colgadas en murales del negocio.  

La vivienda que Damián L.  y su madre esperaban, sería la solución para dejar de alquilar y por fin alcanzar el anhelo de un techo propio. Las personas responsables de la empresa nunca dieron la cara frente al desastroso estado en el que encuentra parte de la casa que fue construida, además de quedarse con 30 mil pesos, pues no solo asaltaron la ilusión sino también el bolsillo de esta familia.

“Estoy cansado de ir a la oficina, hablar por teléfono y no recibo respuesta, desaparecieron y yo sin mi casa”, cuenta el joven damnificado. La vivienda en cuestión fue construida por partes, pero no en el tiempo estipulado. En primer lugar realizaron una planchada de cemento sobre la que se arma la vivienda, pasados unos meses le llevaron los materiales y tiempo después empezaron a levantarla.

Damián relató que una noche recibió el llamado de un vecino de su lote que le daba la noticia de que el viento volaba las paredes de su casa en construcción. Fue más que extraño, pues según un espacio que esta empresa tiene en internet, Estas viviendas se caracterizan por soportar las distintas inclemencias del tiempo, además de actuar como aislantes térmicos, ya que en su estructura poseen un sistema pre-moldeado implicando alta complejidad, versatilidad, y funcionalidad”. Si uno observa lo que quedó de la casa en barrio Magdalenas, sin necesidad de ser arquitectos o ingenieros, pareciera una ironía o un chiste de mal gusto.

Llueve afuera y  también adentro

En la ciudad existen más personas que sufrieron el mismo perjuicio por parte de esta gente. Un matrimonio de barrio San Martín también debió padecer el atraso en la entrega de su vivienda, el hombre tuvo que hacer la terminación e incluso ayudar a los albañiles a levantarla. En el caso de esta familia, sucedió de igual manera, demoraron para llevar los materiales y comenzar a construir. “Me hicieron un desastre, no quiero acordarme porque me amargo, lo que vos ves ahora lo hice yo, porque me hicieron cualquier cosa. Yo tuve que terminarla y meterme a vivir porque no podíamos seguir pagando alquiler”, explica el hombre.

Esta familia fue una de las primeras en contratar los servicios de la empresa en la ciudad, y ser víctima de la desilusión. Además de la entrega inicial de dinero para que comiencen la edificación, les hicieron pagar el flete para trasladar los materiales y también el armado de la casa, cuestiones que no fueron pactadas en el contrato, pero que aparecieron en letra chica al final.

Al igual que le sucedió a Damián L., demoraron en la construcción y desaparecieron por más de un mes de la faz de la tierra, pues no atendían el teléfono ni había nadie en la oficina a quien reclamar. Según el hombre de barrio San Martín, no cumplieron en nada, ni siquiera en el material que utilizaron, los marcos de las puertas y ventanas estaban mal colocados y el cielorraso estaba hecho de maderas astilladas y desproporcionadas, al igual que el piso con cemento desnivelado.

Cuando fueron a poner las maderas, relata el damnificado, no pusieron las chapas del techo, “volvemos en la semana -dijeron los albañiles- total está estrellado, no va a llover”, al otro día amaneció lluvioso y la casa toda mojada. Además la base de cemento que hicieron para sostener la casa, no tiene ningún hierro, ningún armazón fuerte que impida el hundimiento futuro de la vivienda.

Esta familia continua pagando su vivienda, sin embargo las terminaciones y arreglos para que sea habitable debieron realizarlos ellos mismos, pues la empresa nunca se hizo cargo. “Pasamos momentos de angustia y preocupación, hoy no quiero ni acordarme, pero la pasamos feo”, confiesa el hombre.  No sólo que este matrimonio tuvo que retocar y reconstruir partes de la casa mal hechas, sino que los dueños de la empresa, después, enviaban a potenciales clientes a ver su vivienda para convencerlos de negociar con ellos. 

Aparentemente más personas debieron pasar situaciones como las de estas dos familias,  ya que en el sitio de internet hay un comentario de otro damnificado, haciendo referencia a su realidad.  En http://cordobapymes.blogspot.com/2010/10/bienvenido-viviendas-imperio.html, puede leerse.




En ninguno de los casos cumplieron con lo convenido, esta empresa continúa abierta, vendiendo casas, edificando falsas ilusiones que luego se encargan de demoler.  Seguramente hay más casos en la ciudad, antes de contratar a estas personas (si va a hacerlo) asesórese correctamente, piénselo bien, hágalo convencido, pues ellos no dudan en romper sueños y quedarse con su dinero.

sábado, 18 de junio de 2011

DESASTROSO ESTADO DE LOS HOGARES DE ANCIANOS EN SAN FRANCISCO.


HOGARES DE ANCIANOS EN SAN FRANCISCO. Informe Romática

de Analía Romero Asef, el Viernes, 01 de abril de 2011 a las 10:44
La trágica noticia de un incendio en un geriátrico de la ciudad de Córdoba, tiempo atrás conmocionó al país. Puso en vilo el tema de los albergues para abuelos en toda la provincia, pues cada vez es mayor la preocupación porque no están habilitados y su proceder con los ancianos deja mucho que desear. En San Francisco, luego de un relevamiento realizado por el gobierno, se determinó la existencia de 50 hogares, de los cuales sólo tres cumplen con los requisitos correspondientes.

Social y culturalmente, la vejez es una etapa de la vida a la que nadie quiere llegar, cuando aparecen las arrugas y las primeras canas, intentamos disimularlo con cremas y tinturas de colores oscuros, que logren tapar esos indicios del paso del tiempo. Sin embargo, es un momento que a todos o la gran mayoría llegará. El envejecimiento no es simplemente un proceso de cambios físicos, sino también de un estado mental y emocional. Los geriátricos, lugares cargados de prejuicios, donde muchos ancianos pasan sus últimos días, deberían ser un lugar de dispersión  y tranquilidad, sin embargo, distan mucho de ello.
A pesar de la existencia de gran cantidad de asilos en nuestra ciudad, fueron escogidos tres al azar, y con la excusa de querer internar a un familiar de 75 años con una enfermedad crónica, ingresamos a los mismos. Consultamos precio, comodidades, ventilación, existencia de patio, instalaciones sanitarias, estado de la cocina, presencia de un médico estable, salida de emergencia, entre otras cuestiones  de importancia a la hora de confiar un ser querido a estas personas.
“Acá comen empanadas”
El primer geriátrico que visitamos, en calle Liniers al 300, costó ubicarlo, pues no hay ningún cartel que indique su existencia. Aun así, por la ventana pudieron observarse dos ancianos que miraron sorprendidos nuestra aparición. La dueña del lugar, previa radiografía y mirada de arriba abajo por esa pequeña ventana, nos abrió la puerta con desconfianza. La misma desconfianza que ella despertó en nosotros.
Un lugar oscuro, pequeño, donde cinco abuelas tomaban mate sin cruzar palabra entre ellas y miraban televisión. Cuando ingresamos, la dueña se negó a mostrarnos el lugar, poniendo la excusa de su falta de tiempo, sin embargo, después de ganarnos a medias su confianza, accedió a un pequeño tour por el lugar. Hasta el patio llegó nuestro paseo, al fondo se veían más ancianos, pero se negó a ingresar allí.
Lo poco que pudo observarse bastó para notar las condiciones en la que se encuentran viviendo estas personas, una pequeña sala de estar en el ingreso, con dos mesas chicas amontonadas. Era temprano en la mañana, por lo que no se entiende el encierro y la oscuridad. Nos mostró dos habitaciones, una con unas cuatro o cinco camas y otra con tres camas, una de ellas ortopédica.
Siguiendo con el tour, la mujer nos indicó el lugar del baño (sólo uno, cabe destacar), la enfermería y una cocinita, separadas estas últimas por un biombo. El lugar tiene patio de cemento y unas cuantas plantas que un abuelo se encargaba de regar. Para llegar hasta allí hay que transitar un angosto pasillo por el cual no pasa una silla de ruedas. Sin embargo, el geriátrico cuenta con una rampa en su ingreso para los abuelos que no puedan movilizarse solos. Es decir, ingresan y dentro de la casa no pueden desplazarse.
Las habitaciones además de estar mal distribuidas, están todas separadas por cortinas, incluso el baño, la supuesta enfermería y las piezas. Y la salida de emergencia, brilla por su ausencia. No basta con colocar el cartel que la indique, debe realmente cumplir su función.
Consultamos por el costo del mismo y si había lugar en ese momento, para trasladar al familiar, para lo que la mujer dijo: “Si ella es jubilada no hay problema, cobramos sólo la jubilación. Lo que sí, ahora no tengo cama”. Hasta ese momento, la infraestructura del lugar y la desconfianza que nos generaba la mujer era lo más preocupante, sin embargo, remató su idea diciendo, “pero tengo una abuela que se está por morir, date una vuelta en unos 10 o 15 días, ahí voy a tener lugar”.
A muchas personas les cuesta tomar la decisión de dejar a su ser querido en un lugar como estos, y luego de escuchar tal afirmación, sin siquiera titubear, provocó la peor sensación. Confiar el familiar a una persona que espera su muerte para no tener desocupadas sus plazas ni un instante. A pesar de los dichos de la señora, podíamos ver los rostros de los abuelos y en ellos se reflejaba la tristeza, el tedio, el cansancio, la vejez en su peor faceta. Se los veía allí, sentados como esperando su hora.
“Están como en su casa, acá comen empanadas”, dice la dueña. Como si el comer empanadas fuera el elixir para una vejez feliz. Hace más de veinte años que la mujer se dedica a esto y administra el hogar, es vergonzoso que en esa cantidad de años nada se haya hecho al respecto por parte del Municipio o del gobierno provincial, o si se hizo, ese lugar siga funcionando con normalidad.
“Acá estará bien atendida”
El siguiente hogar que visitamos está ubicado en calle Rivadavia. Allí encontramos grandes diferencias con el primero. La sala de estar es amplia y tiene lugar para que los abuelos estén cómodos sentados a la mesa, pues por la hora estaban esperando el almuerzo. Aquí nos atendieron y contuvieron cuando nos atacaba la culpa por internar a nuestro familiar allí. Pero esto no nos dice nada, pues es necesario conocer las instalaciones y el modo de trabajar que tienen.
Según una de las encargadas, el lugar estaba apto para recibir a dos ancianos más. Las habitaciones son amplias y con pocas camas cada una. Conocimos el baño, solo uno para las aproximadamente nueve mujeres. Los hombres tienen un lugar separado en el fondo del hogar, al que se accede atravesando el patio. Este es a lo largo, de cemento y con algunas plantas.
Para las visitas no hay restricciones de horario, sólo en las comidas no permiten el ingreso de familiares. Cuentan con enfermera, cocinera y nochera, pero no tienen médico en la institución, cada interno debe tener su propio especialista de cabecera y en caso de enfermedad, se lo convoca.
“No te preocupes, acá va a estar bien atendida, acompañada, contenida”, dicen las empleadas con amabilidad. Lógicamente las buenas formas son las que atraen, conforman y dejan mejores impresiones. A diferencia del primero, en este, dejando por un momento al margen el tema de la infraestructura y los requisitos de la habilitación, pudimos observar mayor cantidad de empleados y una aparente mejor calidad humana.
El costo mensual de este hogar es de 2000 pesos, cubre la estadía y la comida, ya que si los ancianos usan pañales o toman medicamentos, se cuenta aparte. Si quisiéramos llevar al familiar, hay disponibilidad de camas, pero en todos lados recalcaron que debíamos decidirnos rápidamente porque con el cierre de algunos geriátricos, habían recibido “muchos viejitos”.
“Acá los tratamos con amor”
El último de los asilos que consultamos está ubicado en calle Alberdi a metros de Juan de Garay. Ingresamos sin problemas, ya que la puerta estaba abierta. Pedimos por la encargada y las abuelas que se encontraban merendando no escuchaban una palabra de lo que decíamos. Aguardamos un momento, hasta que salió la dueña del lugar a atendernos. Ella es enfermera y además, según su relato, cuenta con la presencia de dos personas por turno que los cuidan.
Dentro del personal estable hay un médico, una nutricionista y un psiquiatra, que conforman el plantel de profesionales de la salud. Sin inconvenientes, la mujer nos mostró el lugar, explicándonos en su recorrido todo lo que les ofrecía a los ancianos y recalcando cada cinco de sus palabras, que el geriátrico estaba habilitado y que tenía todos los papeles en regla.
Hace diez años que funciona ese lugar y atienden a los mayores “con amor”, como la dueña indicaba a cada rato. Quizás la distribución de las habitaciones no sea la mejor o la más indicada, pues el garaje estaba transformado en un cuarto con seis camas, una al lado de la otra. La cocina pegada a esta habitación. Hay además, aproximadamente 5 piezas en total. Como en el anterior, los hombres están en otra parte, separada por el patio.
El patio, según la ley, es considerado lugar para la recreación de los abuelos, donde puedan tomar aire y además realizar actividad física. Pero la pequeñez de este espacio, imposibilita que los 15 abuelos, que actualmente están internos, salgan todos juntos. La angostura  de las puertas, también es impedimento para que salgan aquellos ancianos en sillas de ruedas. Se nota que es una casa grande, que fue ampliada por sectores para convertirla en geriátrico.
Aquí el costo del asilo es de 1800 pesos, con posibilidades de rebaja, de acuerdo al ingreso de la persona. “Si es jubilada y sola, lo vemos… ahora si cobra más de una jubilación o tiene otros ingresos, ahí sí tiene que pagar completo”, dice la encargada. Haciendo hincapié en que todos reciben el mismo trato.
Luego de ingresar a los tres geriátricos, podemos llegar a la conclusión de que ninguno de ellos está habilitado correctamente, dado que si cumplen algunos de los requisitos, otros son pasados por alto como el tema de la accesibilidad, las salidas de emergencia, las instalaciones sanitarias. Muchos funcionan como depósito de gente, es el caso del primero que visitamos, otros tratan de darles a los ancianos algo más, como en el caso de los otros dos.
Mientras algunos reciben cariño, son muy bien atendidos, tienen espacio para movilizarse, actividades recreativas y un seguimiento personalizado, otros abuelos se encuentran hacinados, inseguros, tristes, solos, sin estar higienizados, sentados en su silla, como resignados, esperando que llegue el final. Desde que nace y hasta que muere, el hombre forma parte de la sociedad y ésta no tiene derecho a desentenderse de él en la vejez que, al fin y al cabo, no es más que una parte de la vida.

TÚ, TAN GASTADOR...(EL FARAÓN DEL FLEQUILLO)


Tú, tan gastador
Con la intención de pasar a la historia, el gobierno de Juan Schiaretti se realiza una serie de obras para embellecer la capital provincial tomando créditos en dólares a altas tasas, mientras mantiene el déficit en inversión social que lleva más de una década. Un sistema impositivo cada vez más regresivo completa un cuadro que deberá rever el próximo gobierno

Escribe: Guillermo Posada
Lo denominan el falo cordobés. Y no se refiere a Marcelo Falo, ex hombre fuerte del gobierno de José Manuel de la Sota caído en desgracia por haber librado cientos de cheques voladores. El falo es la torre de 102 metros de altura que inauguró el gobierno provincial a principios de mes en el Parque Sarmiento, a un costo declarado de nueve millones de pesos.
La lluvia de críticas que recibió Juan Schiaretti se suma a sucesivos baldazos que desde principios de año vuelcan los cordobeses ante los repetidos anuncios de obras financiadas por el gobierno provincial, bellas en su concepción según el criterio con que se mire, pero carentes de funcionalidad práctica para cubrir las necesidades de una provincia que vio caer su infraestructura, mientras la deuda provincial continúa creciendo.
"Pocas veces, y como repetición de la conducta de las administraciones que tuvo la Provincia en los últimos años, las prioridades en la obra pública fueron tan a contramano de lo que el pueblo de Córdoba necesita para afianzar el crecimiento sostenido de su industria, la competitividad de sus emprendimientos y, sobre todo, la tranquilidad de que el futuro tiene bases sólidas para mirar con menos temor el humor del gobierno nacional de turno", acusó el legislador provincial por el juecismo y ex vocero de la industria automotriz local, Eduardo Bischoff, en una columna publicada en el diario La Voz del interior.

¿Y CLEOPATRA?

Con el anuncio de la demolición de la Casa de Las Tejas, lamentada por los viejos peronistas ya que se trataba de una construcción impulsada por la Fundación Eva Perón, los cordobeses cayeron en la cuenta de las implicancias del proyecto de Centro Cívico, ubicado en los terrenos del ferrocarril Mitre. A partir de allí se difundieron los costos, cuyos primeros anuncios proyectaron en 450 millones de pesos, pero que el periodista Mario Albera terminó calculando en 792 millones, al incluir los costos ocultos de la financiación de 368 millones, algo más del 80 por ciento, sin tener en cuenta las habituales actualizaciones presupuestarias que conllevan obras de ese tenor. No hay que dejar de lado que el ritmo de trabajo, con turnos nocturnos y fines de semana dada la urgencia en cortar la cinta inaugural, también incrementa el costo inicial de la obra.
Otro capítulo escandaloso fue la remodelación del estadio de fútbol Chateau Carreras, ahora bautizado Mario Alberto Kempes, con un costo total informado por el Ministerio de Obras Públicas de 56.831 millones de pesos. Menos de lo que gana Leonel Messi al año, es cierto. Pero desproporcionada para un estadio en el que hace tiempo no juega un equipo de primera división. La obra incluye refuncionalizar  todo el sector de parques que se encuentra en las adyacencias, iniciativa que agradecen los numerosos countries que abundan la zona.
La recuperación de la figura del caudillo federal y gobernador cordobés Juan Bautista Bustos, personaje con la que Schiaretti intenta refundar la mitología histórica cordobesa, incluyó denuncias sobre la financiación del monumento instalado en el Parque Sarmiento. Una investigación del periodista Gonzalo Del Bianco en diario Puntal consignó anomalías en el circuito financiero que justifica los 2,2 millones de pesos que costó la obra. En este caso, que se suma a muchos otros por un valor total de 67 millones, el gobierno evitó realizar las licitaciones correspondientes -para dificultar el control del Tribunal de Cuentas de la Provincia y la Legislatura-, facilitando subsidios no reintegrables a diversas ONG.
El caso Bustos incluyó una fuerte polémica cuando el gobierno provincial bautizó con el nombre del brigadier a la avenida circunvalación, que la Municipalidad de Córdoba ya había designado como Agustín Tosco. Además, generó un encontronazo con la Junta Histórica de Santa Fe cuando Schiaretti promovió la recuperación de los restos de Bustos desde la provincia vecina. En el caso de Río Cuarto, el acto contó con una asistencia paupérrima, el municipio nunca fue consultado y el presidente de la Junta Municipal de Historia consideró un despropósito la iniciativa, teniendo en cuenta la efímera y conflictiva relación que Bustos tuvo con "el imperio del sur".

miércoles, 15 de junio de 2011

8 CANDIDATOS PARA EL PALACIO TAMPIERI.


8 CANDIDATOS PARA EL PALACIO TAMPIERI.

Luego de una tarde donde la novela Radical mantuvo en vilo a la burbuja política(no a la gente) , Luis Canalis finalmente aceptó ser candidato a Intendente de San Francisco.A continuación los seis hombres  y dos mujeres que quieren suceder a Martín Llaryora:
.LUIS CANALIS - U.C.R
.MARTÍN LLARYORA-PARTIDO JUSTICIALISTA
.DAMIÁN BERNARTE- MEJOR SAN FRANCISCO
.JULIO CABRERA-IZQUIERDA DE LOS TRABAJADORES
.CARMEN ACUÑA-SOCIALISMO POPULAR
.MIGUEL MONTALI-PERONISMO FEDERAL
.GUSTAVO UTRERA RAMOS- M.U.P
.GLADYS MEDINA-FRENTE GRANDE

LOS AFICHES DE JOSÉ MANUEL¿DE QUIÉN ES LA CULPA?

En un afiche gigante ubicado en la playa de estacionamiento ubicada frente al Palacio Tampieri, el candidato Jose Manuel de La Sota asegura que Córdoba estaría mejor si no fuera por El.¿Quién es Él....Schiaretti , Kirchner?

martes, 14 de junio de 2011

EN ESTE INVIERNO TODO SE CONGELA, EXCEPTO EL PRECIO DE LOS MEDICAMENTOS( Y EL COSTO DE AUTOMEDICARSE EN SAN FRANCISCO)

En vísperas del comienzo del invierno, el frío ya empezó a manifestarse y junto con él  gripes y resfríos propios del cambio climático. La prevención, consulta médica y cura de estas enfermedades, generalmente invernales, son cada vez más costosas. La suba de precios de medicamentos respecto a 2010 es de aproximadamente un 15 por ciento. Los genéricos son una opción interesante y más accesible a la hora de comprar en la farmacia.

Analgésicos, descongestivos y antifebriles son, en esta época, los fármacos más elegidos para combatir el resfrío o la gripe, con frecuencia la persona enferma evita la visita al médico y decide tomarlos por su cuenta. Aunque se abaratan costos, muchas veces terminamos pagando tres veces más porque el remedio no era el indicado y la cura termina siendo peor que la enfermedad.
Como en todos los ámbitos de la vida, la inflación llegó a los medicamentos. Cada vez es más caro estar enfermo, pues además de abonar la consulta del médico, debemos pagar abultadas sumas en la farmacia para obtener una correcta acción terapéutica. En  mayo de este año los remedios registraron un aumento de casi el 16 por ciento respecto al mismo mes de 2010. Sin embargo no es el único incremento que sufrieron, pues “cada aproximadamente dos meses registran algún aumento”,  cuenta Fabio, dueño de la cadena de Farmacias Milanesio.
Mismo efecto, diferente precio
El jarabe Ibupirac x 90 ml, de 23.60 pesos que salía el año anterior, hoy sale 26.21 pesos. De igual manera, la Novalgina en jarabe x 200 ml, hoy tiene un costo de 39.39 pesos, registra un aumento del 7 %  respecto a 2010. Por su parte, el antibiótico Optamox Duo 1gr x 14 comprimidos de 90.06 se fue a 105.16 pesos, una variación del 15 por ciento. Los medicamentos para la hipertensión, el colesterol y los antibióticos son los que han sufrido mayor incremento en sus costos.
Las diferencias de precios entre medicamentos de nombres comerciales y los denominados genéricos, es abismal. Según la OMS, un medicamento genérico es aquél vendido bajo la denominación del principio activo que incorpora, siendo bioequivalente a la marca original, es decir, igual en composición y forma farmacéutica y con la misma biodisponibilidad. Puede reconocerse porque en el envase del medicamento en lugar de un nombre comercial, figura el nombre de la sustancia de la que está hecho.
Aunque no difiere la eficacia producida en el organismo, si lo hace en precio. Al respecto, Milanesio, dice: “Los genéricos son de calidad comprobada y siempre son una alternativa al momento de adquirir medicamentos”. En algunos casos, la diferencia de precios es de hasta el 200 por ciento menos.
Para ejemplificar, tomamos algunos de los fármacos más solicitados y hacemos una comparación. Mientras que el Ibupirac jarabe x 90 ml, analgésico y antifebril, tiene un costo de  26.21 pesos, el genérico puede comprarse por 9.90 pesos. En cuanto a la dipirona en jarabe, que es la droga  de la Novalgina, tiene un costo de 16.90 pesos, a diferencia de ésta última que sale 39.39 pesos, es decir, más del doble del genérico.
En el caso del Actron 400 x 10 cápsulas, sale 10.30 pesos, mientras que un analgésico y antifebril genérico con iguales características, tiene un costo de 2.50 pesos. Sin dudas una diferencia grandísima. Por su parte, el antibiótico Optamox Duo 1 gr x 14 comprimidos, tiene un precio de 105.16 pesos; el genérico con igual acción terapéutica tiene un costo de 55 pesos.
Es importante destacar que los precios de los productos genéricos no están regulados por ningún ente, por lo que cada farmacia considera cual es el valor a cobrar al público. Por esta razón, asegura Milanesio, pueden existir diferencias notables entre el mismo genérico en diferentes farmacias.
Automedicación
La brecha entre el valor de los medicamentos de marca comercial y los genéricos es abismal, pero además de esto se da algo muy común, la automedicación. Tomar un remedio por propia voluntad sin supervisión médica, sino por recomendación de un vecino o sugerencia de un amigo, se ha vuelto socialmente una mala costumbre. Los consumidores prefieren la obtención rápida de los medicamentos, a las largas esperas en los centros de salud. Sin embrago, en muchas ocasiones la automedicación puede significar el pago de precios más elevados.
Para poder magnificar lo que estamos diciendo, asesorados por Fabio Milanesio, hicimos una comparación entre el total a pagar de una receta del doctor, con medicamentos de marcas comerciales, el total con la misma receta, pero genéricos, y por último, lo que saldría automedicarse. “El farmacéutico siempre aconsejará un producto de venta libre, sin embargo estos productos muchas veces no cumplen con la totalidad de las acciones terapéuticas requeridas para la patología consultada”, explica Milanesio.
Una prescripción médica para una infección de vías aéreas acompañada de resfrío; Optamox Duo 1 gr x 14 comprimidos, 105.16 pesos; Refrianex Compuesto x 20 comprimidos, 46.51 pesos; lo que hace un total de 151.67 pesos (en caso de no tener obra social ni descuento por pago de contado en la farmacia dispensadora). La misma receta pero utilizando genéricos, arroja un total de 101.51 pesos. La diferencia es del 33 por ciento respecto al recetado, sin tomar en cuenta el costo de la consulta médica.
El mismo ejemplo anterior, automedicándose, Amoxicilina 500 x 16 comprimidos más el Refrianex, da un total de 58.51 pesos. La diferencia es del 45 por ciento con respecto a la consulta médica. “Aun así, es importante resaltar que esta fórmula no garantiza que el resultado sea el óptimo o que el paciente no tenga una recaída”, afirma el farmacéutico. Y agrega: “El Optamox es un antibiótico de última generación, en cambio la Amoxicilina es un antibiótico viejo, al cual la mayoría de las bacterias son resistentes”.
El farmacéutico es, según la OMS, el primer profesional de la salud consultado por personas enfermas; entonces es responsabilidad del mismo derivar al médico cuando los medicamentos de venta libre no sean los adecuados para tratar al paciente.
Aunque los precios de los medicamentos hayan subido de manera excesiva, es conveniente realizar una visita al médico antes de decidir la ingesta de algún remedio por consejo o sugerencia de terceros. Es preferible no escatimar gastos a la hora de tratarse de la salud, pues a la larga podemos terminar con complicaciones, pagando incluso tres veces más, sólo por no realizar el trayecto lógico, primero el médico, luego la farmacia.

DENUNCIAN AL CONCEJAL AIMASSO POR COMPRA DE VOTOS


Soy dirigente del MUP-FPV, integro la lista que apoya al Dr. Utrera Ramos y quiero anoticiar a la ciudadanía de San Francisco que el día de la elección interna del radicalismo y al haber escuchado que pagaban por los votos, me apersoné junto a mi madre Gioconda Migliore a calle San Luis casi 25 de Mayo, comité de Aimasso, siendo aproximadamente las 14 hs, en el que somos atendidos por un señor rubio de 45 a 50 años, nos pidió el documento y se fijo en los padrones, figuramos en los padrones y me hizo pasar atrás de un biombo y de una bolsa de papel madera bastante grande llena de dinero casi todos de billetes de 50 o 100 pesos, entonces este señor me dijo: ¿Cuanto te dijeron 30 o 50? yo le respondo 50 pesos. Entonces saco de la bolsa dos billetes de 50 pesos, por el voto mío y el de mi madre. Entonces subimos a un remis pagado por el comité de Aimasso y nos llevo a la escuela Núñez y ahí voté junto a mi madre (en los padrones respectivos figura que en la mesa de mujeres voto mi madre y en la de hombres figura que he votado, como prueba de lo que digo). Luego el remis nos llevó al domicilio de mi madre.
Me pongo a disposición de la Justicia.
Atte.
Guillermo Patricio Montenegro
D.N.I. 16.840.911

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PRESA DE UN INFIERNO. La llevaron a Oliva, víctima del abandono de su familia

Mirta Mansilla es una mujer de 59 años, oriunda de la ciudad de Morteros que reside hace casi cuarenta años en San Francisco. Está separada y tiene siete hijos, vive sola y aunque la diabetes le fue quitando la vista, se las arregla para manejarse sin ayuda. Esta señora de temple calmo y carácter sereno vivió en 2008 una verdadera pesadilla y hoy después de tres años, pierde el temor y se atreve a contar su historia.
La mujer fue llevada por consentimiento del marido y de cinco de sus hijos al neuropsiquiátrico de la localidad de Oliva, haciéndola pasar por desequilibrada mental. Permaneció un mes en el nosocomio medicada al extremo pero sin quedar inconsciente. Al cabo de aproximadamente treinta días, el esposo de Mirta  y uno de sus hijos fueron a buscarla y la trajeron de regreso.
Durante su estadía en el psiquiátrico, le proporcionaban drogas que no le hacían bien. “Me daban medicamentos que me produjeron una rigidez total, temblaba continuamente. Quedé en silla de ruedas, no podía caminar, no podía hablar, no podía tragar, no podía dormir”, relata Mirta angustiada. Cuando preguntaba para qué eran los remedios, no le contestaban y la obligaban a tomarlos.


La señora Mansilla relata su pesadilla sin poder contener las lágrimas

La Señora de la Plaza
La “Señora de la Plaza”, como ella misma se hizo llamar fue víctima del abandono de su familia, principalmente su marido, quien a lo largo de su matrimonio ejerció violencia física y psicológica hacia ella. El pseudónimo con el que algunos la conocieron hace referencia a la protesta que realizó durante dos días en la Plaza Cívica reclamando que se reconociera la ley de abandono de personas discapacitadas.
Cuando el marido de Mirta se marcha de la casa una vez anterior a la definitiva, la mujer decide ir a la plaza, sentarse en el suelo y de esa manera protestar y pedir que su marido le pase dinero correspondiente por haberse ido. Cada vez que este hombre se retiraba del domicilio lo hacía en malos términos, con insultos, golpes, amenazas; luego, cuando se arrepentía, volvía, pedía perdón asegurando que no iba a volver a pasar, y Mirta como una mujer temerosa y víctima de un hombre violento, le abría nuevamente las puertas de la casa.
Según la mujer, su marido tenía influencias y conocidos en Tribunales, ya que el segundo día de protesta en la plaza, fue detenida por un juez y llevada al hospital Iturraspe. Desde allí fue trasladada adormecida a la ciudad de Oliva, Mirta dice: “Yo estaba como detenida allá, primero estaba incomunicada. En el pabellón donde yo estaba había veinte mujeres, pero ninguna estaba loca, sino que eran mujeres depresivas, que habían querido suicidarse”.
Aproximadamente treinta días después, a fines de mayo, fue el esposo a Oliva diciendo, “viejita yo te quiero, hasta que Dios nos lleve de esta tierra”, cuenta la señora con bronca. Prometió al juez hacerse responsable por Mirta, mantenerla y ayudarla, si la mujer retiraba la denuncia por agresión (que había realizado cuando el hombre se le fue encima con un cuchillo), con lo cual autorizaron su retiro del neuropsiquiátrico. Sin embargo, según el relato de la señora, lo único que pretendía era cobrar su pensión, ya que ella estaba cuasi dopada con la cantidad de medicamentos que le estaban proporcionando.
Cuarenta años de dolor
“En agosto más o menos, él empezó con la locura de siempre, el tipo no me pasa nada. Él cobró mi pensión dos meses y el aguinaldo, lo sé porque yo no estaba inconsciente”, cuenta la mujer.  Cuando el marido se fue definitivamente de su casa, Mirta intentó nuevamente quitarse la vida, confiesa “había tocado fondo con la depresión por como él me torturaba”. A pesar de la discapacidad y el estado de debilidad de la señora, él le prohibía que le tocara la comida que él compraba, la separaba.
Antes de que abandonara la casa y a raíz de la negativa de Mirta de dejarlo ir, el hombre la amenazaba con volverla a mandar a Oliva si ella gritaba o lloraba. Asegura que ya no aguantaba más tanto maltrato y desprecio, pues la mujer recibía golpes desde que tuvo a su primer hijo en brazos. Y hasta momentos antes de la separación definitiva, que la golpeó en el ojo que aun le permitía ver algunas luces.
Desde aquél día de diciembre de 2008 que se fue de la casa, Mirta no volvió a tener contacto. Hoy, se mantiene con su pensión, pues este golpeador no le pasa dinero y se niega a pagar la luz que le corresponde. La señora habla con desprecio de esta persona que la atormentó por cuarenta años, maltratándola de todas las formas posibles. “El doctor me preguntaba por qué no me separé antes y debe ser que yo lo amaba tanto, le tenía miedo”, admite Mirta con lágrimas en sus ojos.
La mujer recibe desde hace tres años ayuda psicológica del departamento de salud mental del hospital Iturraspe y concurre periódicamente a un Templo Evangelista, donde recibe contención espiritual. A través del Procordia, Mirta accede a la insulina y demás medicamentos, uno de sus hijos le paga el servicio de emergencias y se las arregla para vivir con la pensión que cobra mensualmente.
Cría cuervos…

Con la expresividad de su relato y de cada una de sus palabras, sentimos haber estado con ella atravesando aquél calvario. Cada vez que menciona a sus hijos y recuerda que firmaron la autorización para trasladarla, deja caer lágrimas de dolor. Un dolor que no sólo refleja el malestar físico que Mirta sufrió, sino también el pesar que sintió al enterarse que cinco de sus siete hijos la traicionaron.
“Yo quiero que mis hijos vean la macana que se mandaron, yo no sabía que ellos habían firmado, me enteré al tiempo y no podía creerlo. Empecé a preguntarles a todos y hasta algunos me lo negaron”, expresa la señora. Algunos de los hijos reconocieron que se equivocaron, pero sin decirlo, sino con actos; otros están enojados, no ven ni vistan a su madre. Mirta no entiende porque firmaron, ella nunca les reclamó nada ni les pidió que se hicieran cargo de ella.
Además de todo esto, resulta llamativa la actitud de los hijos de la señora, pues durante toda su vida vieron y fueron testigos del maltrato que su madre recibía. Hasta en algunas oportunidades, afirma Mirta,  debieron interferir para que su  padre no la golpeara. “Él me decía que yo estaba loca y muchas cosas más delante de ellos, entonces yo pensaba que estaba loca y creía que era la causante de todo”, cuenta la mujer.
Mirta agradece a Dios todos los días porque está viva y pide a diario que sus hijos se arrepientan de lo que hicieron y se den cuenta que podría haber pasado a mayores,  asegura que ellos mismos se marcaron un futuro incierto. Con un inmenso dolor, Mirta confiesa: “Ninguno de ellos me pidió perdón”.
La Señora de la Plaza denunció a su esposo por abandono de persona discapacitada, con lo cual él debería pagarle una cuota mensual. El hombre se niega y la acusa a ella de maltrato, denuncia paradójica si las hay. Hoy el esposo alquila una casa, trabaja de albañil y no se habla con sus hijos por actitudes que ha tenido con ellos, explica Mirta. Y finaliza diciendo: “es normal, porque uno cosecha lo que siembra”.
Una mujer que a pesar de haber vivido un suplicio impensado, una historia dolorosa, hoy se atreve a contarlo, sin miedo a represalias, sin temor a decir lo que siente. Desnuda su alma, no baja la cabeza ni un instante y sumida en un mar de lágrimas, que de alguna manera la liberan, dejó al descubierto su vida, cuarenta años de sufrimiento. Hoy está sola, intenta hacer una vida normal y recuperar algunos momentos de este oscuro pasado, pues a pesar de no ver, hoy por fin comienzan a aparecer luces en su camino.