El sábado por la tarde la ciudad se enlutó con el asesinato de Eduardo Lemos de 48 años de edad, quién fue ultimado por su hijo Héctor David de 26 años luego de una discusión familiar. El trágico suceso está rodeado de una singular historia, que tuvo su comienzo luego de que la víctima participara de un accidente de tránsito en el año 2007, y posteriormente se convirtiera en un adicto al alcohol, producto de la depresión que le provocó el mismo.
Los accidentes de tránsito provocan a veces secuelas que no se ven a simple vista. Estas secuelas dejan a los participantes inhabilitados para poder seguir teniendo una vida normal, inclusive para trabajar y para relacionarse normalmente con su familia y su entorno social”, manifiesta un informe presentado hace poco tiempo por la agrupación “Luchemos porLa Vida”.
Esto le sucedió a Eduardo Lemos, que desde el 7 abril del año 2007 vivió una pesadilla, luego de que el camión que conducía atropellara a un automóvil donde viajaban tres personas que perdieron la vida de manera instantánea. Según las crónicas de aquella época, el camión conducido por Lemos se fue a la banquina para evitar colisionar frontalmente con otro vehículo, pero fatalmente cayó sobre un automóvil Fiat Uno arrastrándolo varios metros, y al cual literalmente aplastó.
A partir de este hecho la vida de Lemos cambió sustancialmente. Primero fue una profunda depresión, la cual trató de calmar con el consumo de alcohol. Finalmente la adicción se apoderó de su vida y terminaron por cambiar su personalidad y su relación con la familia. En medio quedaron denuncias de violencia, hasta que finalmente Lemos fue internado en una clínica siquiátrica local donde recibió un tratamiento para su depresión y su adicción al alcohol.
Pasado el tiempo fue dado de alta de la clínica, y volvió a convivir con su familia, aparentemente recuperado de sus problemas. Sin embargo, la angustia que lo aquejaba nuevamente le jugó una mala pasada y volvió a caer preso del “alcohol” durante el último fin de semana.
Así, totalmente desencajado llegó el sábado por la tarde a su vivienda ubicada en calle Paraguay Norte 3669. Fue a la cocina, buscó una cuchilla de grandes dimensiones e ingresó a la habitación de su hijo y comenzó a discutir con el joven. En ese momento se produjo un forcejeo entre ambos, por el cual el joven fue herido en su mano y en su brazo. Ante esta situación, Héctor decidió salir a la calle para evitar continuar la discusión, sin embargo el hombre salió por otra puerta con la cuchilla y nuevamente se produjo una lucha que terminó con un puntazo en el pecho, a la altura de la tetilla izquierda del progenitor.
Héctor fue quién dio aviso a la policía mientras el cuerpo de su padre yacía sobre el césped del jardín de la vivienda.
Vale la pena destacar que joven trabajaba y se encuentra cursando el Profesorado de Historia. En contrapartida, Eduardo se encontraba desocupado, siendo su hijo quién lo ayudada con el tratamiento que necesitaba por su adicción y con el mantenimiento de la vivienda que compartían ambos, dado que Eduardo estaba divorciado de su esposa.
Actualmente Héctor Lemos se encuentra detenido en el pabellón de salud Mental del hospital Iturraspe y se encuentra imputado como supuesto autor de homicidio calificado por el vínculo. Sin embargo, esta calificación podría cambiar por la de “abuso de legitima defensa”, según lo que dejó entrever el propio fiscal en distintas declaraciones. Mario Ruiz es el abogado del joven que en el día de hoy prestaría declaración ante el fiscal Oscar Giecco, quién se encuentra a cargo de la investigación.
Un problema sin solución
Mucho se habla en los medios de comunicación de los accidentes de tránsito, pero solo se le presta atención a lo inmediato, olvidándonos de las secuelas que éstos dejan y que pueden llegar a límites impensados como en este caso.
Lamentablemente este macabro hecho dejó al descubierto el daño que ocasiona cada accidente de tránsito que se registra en nuestro país, y lo poco que se trabaja no solo para prevenirlos, sino también para atacar los daños colaterales que estos ocasionan.
Si bien este caso en particular muestra al extremo las secuelas que pueden dejar los accidentes de tránsito, en nuestro país existen unas 22.000 familias que cada año pasan por situaciones similares, sin que nadie se ocupe de esta problemática que le arruina la vida a miles de personas.
El comienzo de esta triste historia
Tres personas perdieron su vida como consecuencia de las gravísimas lesiones con que resultaron tras un accidente ocurrido sobrela Ruta NacionalNº 19, altura del kilómetro 110, en jurisdicción de Colonia Cello, departamento Castellanos.
En el hecho se vieron envueltos un camión Mercedes Benz con acoplado, que circulaba al mando de Eduardo Anselmo Lemos (43), domiciliado en San Francisco y un Fiat Uno en el que venían Diego Eduardo Salvattore (55), junto a Antonia Beatriz Alarcón (47) y Camila Salvattore (17), todos oriundos de San Luis del Palmar, en la provincia de Corrientes.
El camión, cargado con harina, se conducía en dirección este-oeste desde la ciudad de Santa Fe hacia San Francisco por la mencionada ruta.
En el lugar se produjo el vuelco de un camión Mercedes Benz, sin carga, que arrastraba un acoplado, el que se fue a la banquina para evitar colisionar frontalmente con otro vehículo, pero fatalmente cayó sobre un automóvil Fiat Uno arrastrándolo varios metros, y al cual literalmente aplastó.
Fue en esta circunstancia que los tres ocupantes del automóvil perecieron prácticamente en el acto.
Hasta el lugar del suceso se trasladaron agentes pertenecientes a Santa Clara de Saguier, Zenón Pereyra, Esmeralda, los Bomberos Voluntarios de María Juana y de San Francisco.
Nota Diario El Tiempo
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