lunes, 26 de marzo de 2012

UNA NUEVA SEMANA, MÁS INTERROGANTES EN LA SALA (Día 4)

El comienzo de la semana en Tribunales fue tranquilo, aun así, los escasos testimonios que pasaron por la sala, dejaron tal vez más interrogantes. Pasadas las 9 ingresaron solo dos de los imputados, faltaba Alberto Flores. Ante la ausencia del “Calmao”, el Fiscal Pezzano se mostró molesto y solicitó la presencia del mismo en el lugar, por lo que al cabo de veinte minutos lo trasladaron hacia Tribunales. Sólo se tomaron declaraciones por la mañana, ya que los cinco testigos previstos para la tarde, no se hicieron presentes.

Arias y Bizone, Flores ausente.

En la fresca mañana de lunes declararon dos mujeres que estuvieron la noche anterior con Bizone en el boliche, un camionero que dejó esa noche su camión en cercanías de la puerta de la farmacia, una vecina del lugar del crimen, un empleado de una empresa de transporte que descargaban mercadería frente a la farmacia Auban y por último el farmacéutico que le vendió el negocio a Lorena, que además vive en una casa que colinda con tal.
¿Dónde estuvo Bizone desde las 6 hasta minutos antes de las 9?
En primera instancia y sin Flores en la sala, comenzó a declarar Lucía Piovano, una joven que en la madrugada del 23 compartió una charla en el boliche con Bizone y luego éste la llevó a su casa. Del mismo modo que a Ana Surcher, su sobrina quien declaró a continuación. Estas mujeres fueron al parecer las últimas personas que vieron al viudo antes del crimen. Ellas contaron que aquella noche, estuvieron hasta las cinco de la mañana aproximadamente en la disco, y Bizone se ofreció a llevarlas a su casa. Ambas coincidieron que arribaron a su domicilio a las 5:30, 6 de la madrugada, es decir, dos horas antes del homicidio. Cristian no les contó a donde se dirigiría luego.
Las declarantes dijeron que no hablaron mucho con Bizone en el trayecto hacia su casa, sin embargo les contó que tenía una hija y les mostró una foto de ella en el celular. “No hubo nada que nos llamara la atención en él”, indicó Piovano. Pero sí, hizo referencia en varias oportunidades a una herencia que había recibido. Ante la pregunta del Fiscal sobre qué era eso de la herencia, ambas dijeron no recordar.
Por su parte, la primera testigo del día, agregó al finalizar su exposición, que algunas veces más, luego de la muerte de Lorena se encontró a Cristian en boliches bailables y éste le pidió disculpas por la situación en general, “en la que se veía envuelta”. El Fiscal le preguntó a qué se refería con ello y la mujer respondió que se estaba refiriendo a tener que ir a declarar y demás. Un poco confuso, además no debería importarle eso si el fin último de la investigación sería encontrar a los verdaderos culpables.
El interrogante ahora será, qué hizo el viudo en esas dos horas entre que dejó a las mujeres en la casa y el crimen de Lorena. Dónde estuvo y con quién.
¿Qué pasó con “el Calmao” Flores?
"El Calmao" Flores

Después de estas dos primeras declaraciones, ingresó acompañado de la custodia penitenciaria “el Calmao” Flores a la sala. Cuando comenzó el debate de hoy, el Fiscal de Cámara se molestó porque faltaba un imputado. “Flores debería estar presente, porque la prueba lo involucra”, expresó Pezzano. A lo cual adhirió la defensa de Arias y también la querella. Al parecer, los abogados de Flores decidieron que no era necesaria su presencia, porque en los testimonios del día no se vería involucrado. Una disposición bastante desacertada ya que se lo está juzgando y la prueba lo incluye.
¿Sería esa la soga con que maniataron a Lorena?
El próximo en prestar declaración fue Sergio Sam Sam, un transportista que había dejado su camión a veinte metros de la farmacia la noche del viernes 22. El hombre dejó allí el vehículo y se fue a dormir, a la mañana siguiente, antes de las 8 vio pasar caminando por la vereda de la farmacia a una persona, que lo ve a él, se baja de la vereda y se vuelve. Sam Sam no recordaba la cara de esta persona, pero estaba seguro que era mayor de 40 años y que tenía un buzo con capucha.
Revisó las gomas del camión y advirtió que le faltaba una soga con la que se ata la lona del acoplado del camión. Se extrañó porque nunca le habían robado una soga. El Fiscal Pezzano solicitó al Tribunal que se exhiba la soga que fue secuestrada del lugar del hecho, con la cual le habían amarrado las manos atrás a la víctima. Cuando Sam Sam la vio, supo reconocer que eran del tipo que utilizaba él, pero no recordaba si era esa la faltante. Podría ser el elemento que los asesinos usaron para someter a Lorena.
¿Había algo extraño?
Beatriz Brizzio, dueña de un local de comidas frente a la farmacia, fue la siguiente testigo en declarar. Especificó que llegó aquella mañana a su negocio cerca de las 8:20 y luego salió. Cuando retornó, cerca de las 9:30 se cruzó a buscar unos medicamentos que necesitaba y allí vio que estaba la puerta cerrada. Se acercó hacia la puerta lateral, que sí estaba abierta y de adentró salió Raúl Auban muy mal, contándole lo que había sucedido.
Estela Auban, de fondo su yerno, posible asesino de su hija


La mujer recordó que no escuchó nada que le llamara la atención, pero destacó que a las 8:20 las rejas de la farmacia ya estaban abiertas. Además se comentó que el señor Auban le había dicho que Cristian estaba un “poquito” pasado de la noche anterior.
Por la sala también pasó un joven empleado de Transporte el Gallego, que descargaba mercadería en Maggi Hogar, un negocio frente a la farmacia. El mismo no aportó datos de interés, pues dijo que no escuchó gritos, ni vio movimientos extraños ni tampoco prestó atención a la farmacia de Lorena.
¿Por dónde salieron?
Por último, antes de salir a un pequeño cuarto intermedio, se presentó en Tribunales, Edgardo Sánchez, el farmacéutico que les vendió el negocio a Lorena y Cristian. Además, es vecino del local, por calle General Paz. Recordó que cuando fue a saludar a la familia Auban a la puerta de la farmacia, Bizone estaba apartado. Explicó además que la farmacia tenía alarma que se activaba y desactivaba por un llavero. Cuando Lorena compró el local, se les entregaron dos llaveros para la alarma. Ante una pregunta del Dr. Requena, integrante del Tribunal, sobre la presencia de patio en el negocio, Sánchez aclaró que la única forma de salir es por alguna de las dos puertas, pues no tiene ningún acceso al techo por otra parte.
Un lunes tranquilo, pero con muchos datos para analizar. Cada uno de los testigos abrió un nuevo interrogante. El Fiscal está convencido, en base a las pericias, de la presencia de un tercero, cada uno de los testimonios puede aportar para llegar por fin a descubrir quién más estuvo aquella mañana en la escena del crimen.

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