lunes, 7 de mayo de 2012

A QUEJARSE A MAGOYA (O AL ORGANISMO CORRESPONDIENTE)

Muchas veces desconocemos el poder que tenemos como consumidores, pues nosotros mismos como tales podemos reclamar cuando algo no es correcto, nos sentimos afectados o consideramos que nuestros derechos no están siendo cumplidos. El problema se presenta cuando los organismos que deberían velar por estos derechos, no lo hacen o lo hacen de una forma un tanto “light”.

Dos importantes oficinas receptoras de quejas en nuestra ciudad, nos evacuaron algunas dudas, las mismas que preocupan a consumidores y usuarios. Sin embargo, generaron quizás más interrogantes y la discusión de si realmente  el consumidor tiene algún poder. Defensa del consumidor y Ersep fueron los organismos consultados acerca de dos de los reclamos más resonantes después del servicio de gas. Por un lado el precio de Cablevisión y por el otro, la sobrecarga de pasajeros en los transportes interurbanos.
La primera en responder nuestras inquietudes fue Mabel López, a cargo de Defensa del Consumidor. Consultada respecto de la boleta del cable y el alto monto a pagar por el servicio, la mujer dijo: “Hasta ahora sabemos que está en medida cautelar, dependerá de la justicia si falla a favor del cliente o de cablevisión”. López aseguró que su trabajo ya está hecho, ya que sólo son un puente entre los consumidores y el organismo regulador, ahora todo depende de la justicia.
Teniendo en cuenta que hace aproximadamente un año, en Villa María el Juez Federal Mario Garzón dictó un fallo a favor de los consumidores, que obligó a Cablevisión a mantener una tarifa de 109 pesos mensuales; el interrogante sería, por qué no en San Francisco. “En un momento se había dicho que se podía pagar 109 pesos, pero les advertí a los clientes que pagando 109 pesos sin ser facturado no correspondía, porque si la medida cautelar salía a favor de cablevisión había que pagar lo adeudado más los intereses”, afirmó López.
Hace más de un año que se pasaron los reclamos y el caso se encuentra en Córdoba, y según la mujer dependerá exclusivamente de lo que la justicia decida, pues repitió que su trabajo fue realizado. Además agregó que es un largo y tedioso proceso hasta ver que sucederá. Mientras tanto, los sanfrancisqueños pagamos más de lo que debiéramos por un servicio cada vez más decadente.
Reclamo pasajero
Si usted alguna vez fue a la terminal de ómnibus y no se percató, ingresando por la puerta lateral de calle 9 de Julio, se encuentra una pequeña oficina del Ersep. Allí los usuarios de colectivos interurbanos pueden acercarse a realizar reclamos, quejas o denuncias, sobre los servicios. Una de las principales quejas que receptan según Claudio Bertorello, encargado de atención, es el exceso de pasajeros en los viajes.
Una empresa con gran cantidad diaria de pasajeros es la más denunciada, sin embargo el joven, al ser consultado minimizó el asunto. Dijo que la gente reclama cuando hay algunos parados en los pasillos y cree que no está permitido, pero desconoce que la ley contempla que en el trayecto hasta 60 kilómetros pueden ir parados la mitad de la capacidad de asientos. Es decir, si el colectivo tiene capacidad para 50 personas, 25 pueden viajar de pie 60 kilómetros.
Por supuesto, a nosotros como a usted nos suena absurdo ya que es imposible controlar si esa unidad levanta gente en el camino y excede el límite. Por otro lado, es irrisorio que la ley plantee semejante incoherencia, pues los accidentes pueden ocurrir también en menos de 60 kilómetros.
Bertorello dijo: “Se realizan operativos cuando recibimos un reclamo, el pasajero nos informa y se detiene en la ruta, se controla la cantidad de usuarios y si excede lo permitido por la ley, se realiza un acta y se retira el servicio”. Aun así, manifestó que estos controles u operativos en ruta se hacen cuando se recibe la denuncia, por otro lado si el usuario no reclama los controles se hacen sólo antes de que el vehículo salga de la terminal.
Ahora ya lo sabe, si considera que no se cumplen sus derechos como usuario o consumidor, no tiene más que dirigirse a alguno de estos organismos reguladores y realizar su denuncia correspondiente. Además recuerde si surge alguna nueva inquietud quizás lo ayuden o salga de la oficina más molesto y confundido de lo que entró.

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