martes, 20 de diciembre de 2011

NUEVE AÑOS DE CÁRCEL PARA EL REMISERO DE LA MUERTE

Por unanimidad, la Cámara del Crimen de San Francisco, sentenció a 9 años de prisión a Tomás Contreras.  Lo encontraron autor responsable de violación de domicilio y homicidio en grado de tentativa. La pena provocó descontento  e inconformidad entre familiares y amigos de Marina Perulero.

Pasadas las 9.30 de la mañana de hoy, el Tribunal compuesto por los jueces técnicos Ferrero, Requena y Comes, se presentó en una sala con poco público. Se encontraba la familia de Marina, su madre, el novio, el hermano y una remisera amiga a la que la joven pidió ayuda aquella noche.

La víctima no quiso estar presente en el recinto para no ver a Contreras a la cara. Un Contreras que se encontraba calmo, con la cabeza gacha, pero mirando de reojo, principalmente a Graciela Gioino, la mamá de la joven.  Los jueces le preguntaron si tenía alguna cosa que agregar, a lo que respondió que no. Además de solicitar esa cantidad de años, menor a la requerida por el Fiscal Pezzano que requirió 11, los jueces pidieron que Contreras cumpla con un tratamiento psiquiátrico para su recuperación.

La señora Gioino no dudó en demostrar su disgusto e insatisfacción por la poca cantidad de años que Contreras pasará en prisión. “Mañana sale y vuelve a hacer lo mismo”, expresó con enojo. La mujer dijo: “Me culpo como madre, no haberme dado cuenta de ciertas cosas, de algunas actitudes de él”.

Por su parte, Marina muy angustiada, dijo a su defensor el Dr. Mario Ruiz: “Cuánto vale mi vida, pregunto yo. Cuando salga y mate a alguno, se van a acordar de mí”. Con lágrimas en sus ojos, Marina y contenida por su novio, también muy consternado, manifestó su dolor, “en nueve años no voy a tener paz”. Indicó que va a empapelar la ciudad con la foto de él, para que la gente se cuide de ese “psicópata”. Y agregó: “Si no hubiese tenido los ovarios que tuve para pelear por mi vida, hoy estaría muerta”.

Lo que Marina Perulero debió padecer se convirtió para ella en una pesadilla de nunca acabar, su lucha por resistir puso de manifiesto el instinto del hombre por sobrevivir cuando siente estar al borde de la muerte. Es una mujer con mucha fortaleza, porque logró salvarse y hoy pasa sus días presa del dolor que este hombre, sin escrúpulos, le ocasionó. 

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